viernes, 31 de octubre de 2008

13ª Etapa: Rabanal Del Camino - Ponferrada (32km)


Pues después de pasar la noche congelado de frío en el albergue municipal (la hospitalera puso cuatro troncos y se pensaba que con eso teníamos para toda la noche), por fin llegó la hora de levantarse y de ver cómo estaba el día. ¡Tenía buena pinta!. Así que preparé los bártulos y me dispuse a encarar la subida. Para mi sorpresa ¡¡la nieve empezó a aparecer a ambos lados de la carretera!! ¡¡Qué alegría!!



Enseguida de pasar por el albergue de Manjarín donde vive el autodefinido último templario (el día que yo pasé no estaba) y no hay electricidad,


y después de una bajada no menos bonita,



llegué a Ponferrada, tierra de templarios y también de botillos, asi que no me quedó más remedio que empaparme de ambas cosas a partes iguales.


Comí botillo y después visité el castillo templario o lo queda de él..Está bastante restaurado y se han recuperado bastantes cosas.


Es curioso cómo a comienzos del s.XX se rellenó el interior y se tiraron unos cuantos muros de muchos siglos de antigüedad para hacer un campo de futbol... Como han cambiado los tiempos.

Por la noche un peregrino me dijo que había hecho el camino 9 veces: ¿Estaría buscando algo en el camino que no consigue encontrar? ¿Es una vía de escape? ¿O sin más le gusta? No se lo pregunté y nunca lo sabré. Porque como con la bici no veo a la misma persona dos días seguidos, salvo que yo haga pocos kms o cojan el autobus...

jueves, 30 de octubre de 2008

11ª Etapa: Sahagún - León (56km)


Dada la amenaza de tormenta que se cernía sobre los peregrinos, no me tomé el acostumbrado desayuno continental sino que me conformé con unos cacahuetes y una barrita de muesli, e inicié el camino raudo.


A los pocos minutos comprendí lo duro que iba a ser la etapa no por la lluvía, hacía sol, sino por el viento que fue pertinaz durante todo el recorrido, convirtiendo una etapa de transición en todo un infierno. Menos mal que conseguí esquivar por un día a mis queridas calzadas romanas.


Llegué a León con la lengua fuera después de 60km que habían sido como 100km.


Otro efecto del viento frío es que te congela de tal forma que te impide mover los dedos e incluso hablar con normalidad, así que estaba deseando llegar al albergue cuanto antes. Al entrar en él, lo que vi hizo que mi sangre, que era lo único que me quedaba ya caliente, también se helara. Tenía unos 70 años e iba vestido de militar y estaba husmeando un botijo, igual pensaba que era un arma de destrucción masiva, jaja.


Cuando llegué a mi cama, rápidamente me di cuenta de que iba a dormir a su lado dadas las características de la mochila que allí se encontraba.


Visita de rigor a la fastuosa catedral de León,


cena y a la cama. Hoy me tocaba estar en el albergue a las 21:30...

12ª Etapa: León - Rabanal Del Camino (71km)


Jornada maratón con la intención de llegar a Rabanal Del Camino, puesto que me han hablado maravillas del albergue del Pilar. Salí con Juan, el amigo de Cuenca, casi en contrarreloj desde León para poder llegar a Astorga antes de comer.


Durante el trayecto me topé con dos pseudo-peregrinos porque si ya el hecho de ir en bici es más llevadero (ojo, ke ya me gustaría ver a muchos peregrinos subir en bici algunas cuestas), estos iban con las mochilas en el coche de apoyo, la mar de cómodo, oye. Para colmo, a uno de ellos no se le ocurre otra cosa que adelantarme en el escalón de un puente porque su bici tenía suspensión y después iba despacio y me frenaba. Seguidamente se me pone a chupar rueda el tio listo y no me quedó más remedio que decirle que se fuera al carajo, a lo cual me respondió: 'Tu a tu bola'. Al de poco ya se había descolgado y fue con su compañero.

Llegué a Astorga a la hora de comer, como estaba previsto. La verdad es que me sorprendió gratamente.



Desde que llegué a León el sol ya casi no aparecía y el meterse a algún sitio a comer tenía el handicap de que al salir para coger la bici me congelaba de frío. Algunos días incluso tirataba cuando cogía velocidad con la bici.

Por lo demás una etapa la mar de tranquila y disfrutando del paisaje hasta llegar a Rabanal a 1150m de altura.



Al de un rato de llegar me di cuenta de la rasca que hacía, cerca de cero grados. Y temiendo por el frío del día siguiente...



Por desgracia para la familia del albergue, el horno no estaba para bollos ya que uno de los dos hermanos que regenta el local iba a fallecer esa misma noche. RIP.

lunes, 27 de octubre de 2008

10ª Etapa: Boadilla Del Camino - Sahagún (67km)


Etapa llana sin complicación aparente. Después de desayunar en Frómista previo paso por el canal de Castilla,



inicié animosamente mi jornada con la amenaza del mal tiempo anunciado pero el cielo permanecía azul y tenía la esperanza de que aguantase todo el día.

Camino de Villalcazar de Sirga todavía hacía muy buen tiempo.



Pero a la altura de Carrión De Los Condes el cielo empezó a cubrirse de nubes,



y posteriormente comenzó a llover ligeramente a 15kms de Sahagún. Y por si fuera poco tuve que atravesar un tramo de la antigua calzada romana Burdeos-Astorga durante 12km,


llana pero llena de piedras (enemigas naturales del ciclista de montaña junto con el viento) que mi carencia de amortiguación la hizo muy dura. No se cuando Fomento va a meter mano en este asunto...

Y cuando llegué a Sahagún, me duché y fui a comer lechazo, como premio a una etapa tan dura. Siii, ya se que la vida del peregrino tiene que regirse por la austeridad, pero un día es un día.

9ª Etapa: Atapuerca - Boadilla Del Camino (79km)


La jornada comenzó de forma nutritiva debido a la aparición de una mosca en el Colacao, menos mal que me di cuenta a tiempo, no quería repetir esa traumática experiencia que ya tuve en mi infancia.


Esta jornada fue aciaga para mi compañero de Cuenca, ya que se le rompió un tornillo de la parrilla y tuvo que poner un pin. No contentos con eso, cuando llegamos a Burgos, pinchó debido a un cristal que se le clavó al pasar por una calle de bares de fiesta. Somos tan pardillos que no supimos utilizar las bombas de alta tecnología que tenemos y tuvimos que pedir una de las normales a un ciclista majete que pasaba por ahí.


Para comer me desvié a Villandiego a visitar a unos amigos que son para mi como mis padres, vivían en Portugalete y se fueron a Burgos hace 15 años.

A las 4 de la tarde salí con el deposito lleno (demasiado creo yo) dispuesto a darlo todo para aprovechar las dos horas de luz que quedaban.

En Castrojeriz retomé el camino y me encontré con una de las peores cuestas del camino, corta (1.5km) pero dura. La tuve que hacer casi toda desmontado.


Ya casi de noche llegué a Boadilla Del Camino, cuyo refugio está regentado por un chico de Vitoria.


Me dijo que se enamoró del camino después de hacerlo tres veces y decidió quedarse a vivir en él con su novia y montar un albergue en los campos de la Castilla profunda. Fue curioso el comprar en el super del pueblo aunque fuese domingo, ya que como los dueños viven allí mismo te abren de strangis si les dices que vas de parte del hospitalero.

Como buena acción del día, decir le he devuelto al señor del super 1€ de las vueltas después de intentar explicarle por qué.


El Athletic....jugar como nunca y perder como siempre, al final 3-2 en el Bernabeu.

Como último comentario, el hospitalero me dijo que el haber salido de Saint Jean Pied de Port decía mucho de mi y que el año pasado habían muerto 5 personas en el intento de llegar a Roncesvalles. La verdad, es que a lo largo de todo el camino se ven unas cuantas cruces de gente que se quedó allí para siempre.

8ª Etapa: Santo Domingo De La Calzada - Atapuerca (54.5km)



La jornada comenzó fría y después de despedir a Magnus me dirigí al último pueblo de La Rioja en el camino, Grañón, acompañado por Juan, un chico muy majo de Cuenca (¡existe!) que conocí la noche anterior. El tio llevaba TRES alforjas y se quedaba lógicamente a las primeras de cambio. Unos lugareños nos indicaron el camino correcto.


Dos pueblos más tarde llegó Juan a donde yo estaba sentado con la lengua fuera y comenzó a soltar lastre. Demasiada logística.


En el alto de los Montes de Oca se haya el monumento a los caídos, todo un símbolo de lo que no se debe hacer.


Después de pasar por el Monasterio de San Juan de Ortega,


llegamos a Atapuerca me enteré de que salía el último bus hacía la excavaciones arqueológicas así que me apunté con Juan.


Las excavaciones en sí están muy bien excavadas y tal pero lo mejor de la visita fue la guía, que estaba de muy buen ver.


Tb tuvimos un principio de desmayo y niños como demonios por todas partes que no le dejaban decir dos frases seguidas.

Por la noche, cené con Juan un pepito de ternera rico rico.

7ª Etapa: Azofra - Santo Domingo De La Calzada (15.5km)


15 kms es la distancia que separa estas dos poblaciones, jeje pero es que tocaba visitar monasterios y para ello era necesario desviarse del camino.

Me acerqué en primer lugar al Monasterio de Cañas, famoso en el mundo entero por su doble vidriera, jeje .



y al Monasterio de Yuso, que es el lugar donde aparecieron las famosas glosas en español y euskera, escritas hace más de 1000 años, que se han convertido en el primer testimonio escrito de ambos idiomas.


El tema es que los libros de las altas esferas estaban escritos en latín y un monje se encargó de acercarlos al pueblo mediante aclaraciones a pie de página (glosas). En euskera sólo aparecen dos glosas pero son la esencia del libro. ;)


En esta zona el paisaje es realmente atractivo ya que nos encontramos en las faldas de la sierra de la Demanda.


En Santo Domingo quedé con Luca y nos fuimos a tomar un tentempie compuesto de un pintxo de tortilla y una ración de costilla de cerdo. Y de postre, chocolate caliente.

6ª Etapa: Logroño - Azofra (35km)


El desayuno lo compartí con unos andaluces de pura cepa muy graciosos si no fuera porque uno de ellos tenía una tendinitis de caballo en un tobillo y apenas podía andar. En el hospital le dijeron que dos días de reposo absoluto y luego a ver como respondía. El hombre estaba hablando por el móvil con los ojos llorosos. Debe de ser muy duro abandonar el camino por un motivo así. Esta es una de otras tantas historias de las cuáles nunca supe el final.



En Najera, aprovechando el buen tiempo me senté en un banco de la plaza del pueblo y navaja en ristre procedí a meterle mano a la lata de atún, al queso y al chorizo todo ello aderezado con un buen crianza. De postre comí uvas que 'robé' de una viña unos kms antes de llegar a Najera.



Inicialmente las llevaba en la boca pero como vi al dueño en su tractor, me metí el racimo en el maillot y pasé por delante de él como un peregrino más.

Llegar al albergue de Azofra fue como ver aparecer un oasis en el desierto ya que es de reciente construcción y tiene dos camas por habitación (normalmente los albergues de peregrinos son muy baratos y compiten entre ellos en ver el número máximo de camas que se pueden meter por metro cuadrado) con patio provisto de piscinita de agua de manantial para poder meter los pies desde de la dura jornada.



Y para colmo el hospitalero era un cachondo, de los mejores hospitaleros del camino.

Aquí fue donde conocí a un señor sueco de 61 tacos que hablaba super bajito y apenas le entendía, personaje peculiar, Magnus se llamaba. Después de cenar e invitarle a un txupito salió del bar medio tambaleandose y empezó a contarme historias para no dormir sobre la Segunda Gran Guerra.