lunes, 3 de noviembre de 2008

15ª Etapa: Alto Do Cebreiro - Portomarín (61km)


El reto del día era llegar a Portomarín para poder llegar el penúltimo día a Ribadiso, albergue idílico en medio de la naturaleza.

El día comenzó como terminó, con mucha niebla y congelado de frío aunque por lo menos ya no nevaba, algo es algo. Ahí estaba mi pobre bici, había sobrevivido toda la noche a la intemperie y a los ladrones:



Inicié el descenso del puerto por carretera ya que me daba miedo meterme al camino por las condiciones climatológicas pero al final en cuando tuve la oportunidad lo hice porque me gusta más y es más divertido moverse entre piedras y charcos, al tiempo que te mantiene caliente. Y también porque la cabra tira al monte, jaja.

Ya en este descenso inicial me di cuenta de lo que iba a ser la tónica de toda la etapa. El paso por aldeas gallegas muy auténticas,


pero con el olor también muy auténtico e inconfundible a caca de vaca y lo que es peor: el paso por calles y caminos formados por una mezcla homogénea de barro y mierda.


Imaginaos a donde fue fueron a parar las salpicaduras de las ruedas...

Bonito el Mosteiro de Samos:


Al llegar al albergue de Portomarín lavé toda la ropa, esperando quitar ese olor tan embriagador, que me cautivo durante toda la jornada.

Por cierto que estuve toda la etapa muy justo de frenos y al llegar a Portomarín sólo podía frenar con los de atrás y malamente. Felizmente, el marido de la hospitalera tenía un taller de bicis y me los cambió esa misma tarde de domingo.

Lo mejor de Portomarín es el pueblo antiguo que fue abandonado en 1960 para hacer un embalse.


Decir también que un par de iglesias fueron transladadas piedra a piedra al pueblo nuevo.


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