jueves, 30 de octubre de 2008

11ª Etapa: Sahagún - León (56km)


Dada la amenaza de tormenta que se cernía sobre los peregrinos, no me tomé el acostumbrado desayuno continental sino que me conformé con unos cacahuetes y una barrita de muesli, e inicié el camino raudo.


A los pocos minutos comprendí lo duro que iba a ser la etapa no por la lluvía, hacía sol, sino por el viento que fue pertinaz durante todo el recorrido, convirtiendo una etapa de transición en todo un infierno. Menos mal que conseguí esquivar por un día a mis queridas calzadas romanas.


Llegué a León con la lengua fuera después de 60km que habían sido como 100km.


Otro efecto del viento frío es que te congela de tal forma que te impide mover los dedos e incluso hablar con normalidad, así que estaba deseando llegar al albergue cuanto antes. Al entrar en él, lo que vi hizo que mi sangre, que era lo único que me quedaba ya caliente, también se helara. Tenía unos 70 años e iba vestido de militar y estaba husmeando un botijo, igual pensaba que era un arma de destrucción masiva, jaja.


Cuando llegué a mi cama, rápidamente me di cuenta de que iba a dormir a su lado dadas las características de la mochila que allí se encontraba.


Visita de rigor a la fastuosa catedral de León,


cena y a la cama. Hoy me tocaba estar en el albergue a las 21:30...

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